Hoy he vuelto a soñar con ella, con su cálido abrazo de espuma, con su tierna protección. Hoy, en sueños, he llorado como un bebé; llamándola a gritos he querido apretarla entre mis brazos muy fuertemente para que no se me escapara por tercera vez. Ella me consolaba, me acogía, me tranquilizaba.
¡Ha sido tan real!... Delirando, he creído que efectivamente ella venía a consolarme en sueños; he creído que existía de nuevo, en ese bucle espacio-temporal.
1 comentario:
Qué hermoso... también tuve ese maravilloso y triste sueño a los pocos días que murio mi madre.
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