HOMBRE QUE MIRA POR LA VENTANA

El hombre de la ventana, entre la multitud chillona y alborotada,quieto, muy quieto, como paralizado por un repentino pensamiento fulminante, perdido en el infinito.


Su tronco en simetría perfecta de 90º con sus piernas, como sentado en el penúltimo peldaño de las escaleras del ocaso.


Intemporal, miraba por la ventana el ambiente gélido y húmedo que queda tras la nevada. Ramas sin hojas, hojas sin luz por el suelo y por el aire realizando giros imposibles, imposibles como los de su mente; pensamiento ondulante sólo interrumpido al atravesarse en su mirada una figura rubia, también ondulante, cuyo contoneo enhebraba con sus recuerdos más lujuriosos, esos que preferiría olvidar.

UN HOMBRE PASA BAJO MI VENTANA Y CANTA

EL VIEJO DE LA ESQUINA

El viejo de la esquina del paso de peatones junto al bar, recoge pan duro todas las mañanas y lo parte cuidadosamente en trozos pequeños que esparce por el suelo.

El viejo de la esquina del paso de peatones junto al bar, tiene una mirada penetrante que dice tanto... habla de sufrimiento, de fuerza interior, y a la vez es como si te traspasara el alma y te desnudase en una milésima de segundo. Sus manos retorcidas y su espalda curvada relatan jornadas de duro trabajo, seguramente en el campo.

El viejo de la esquina del paso de peatones junto al bar, siempre va solo, pero con mucha seguridad; no necesita falsas ayudas ni compasiones. Él ya pasó por eso, por aquello, por lo otro y por lo que vendrá; aprendió a sobrevivir sin necesitar, ¡no le vengas con viajecitos al Escorial!

Hoy he vuelto a cruzar la calzada ; y allí estaba él con su mirada. No puedo evitar sentirme, de una extraña manera, unida a él en un plano lejano del instinto humano. Tengo que torcer la cabeza hacia atrás y mirarle una vez más, porque sé que él también me mirará, como siempre, desde la esquina del paso de peatones que está junto al bar.

UNA FLOR PARA TÍ

Una flor para darte las gracias por estar ahí , por preocuparte y alegrarte...por soportarme.

Una flor para pedirte perdón por bajar la mirada o subirla demasiado.