Otro día más, que podría ser igual que todos los demás.
Gin se fue trágicamente, sin despedirse. La mañana ha sido bastante dura. Además, en mi barrio, han atropellado a un perrín sin ni siquiera parase a ver cómo había quedado; la deshumanización está por todas partes, extendiéndose cada vez más, como una plaga sin control pero sutil. Sutil porque es como si casi nadie lo viera, poco a poco van formando parte y aceptándose como normales este tipo de cosas.
¿Y tú?, ¿bicho raro?, ¿lobo estepario?... no importa como pienses o sientas si no te haces valorar y escuchar. Pero de nada vale si no te lo crees.
Y tras las moralinas que te dictas a ti mismo, sin remedio, una y otra vez, solo piensas en el silencio; poder quedarte tranquila, sin remordimientos, sin inquisiciones ni sanciones.
Al otro lado del mundanal ruido solías estar tú; siempre me dejaba arrastrar al oasis de tu ideal, allí donde el espejismo cobraba verdadera fuerza haciéndome dudar de lo inmundo del mundo...
Pero ahora reina el paréntesis y el cansancio. Hasta mañana.
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