Enamorarse es como florecer. Das todo lo mejor de ti, sacas a la luz los pétalos más profundos y hermosos de tu alma.
Es entonces cuando las mariposas vienen a ti atraídas por el perfume de tu esencia mística, en busca de ese elixir misterioso que da razón a su existencia. Estos seres alados se encargan de propagar tu dicha y alegría, de manera que todos los espíritus despiertos se contagian en una reacción en cadena.
El fruto del enamoramiento puede madurar o puede perderse por distintas razones ( el temporal, los productos químicos, la falta de cuidados...).
Los que logran sobrevivir, pueden ser devorados por una sociedad bulímica y escéptica; o pueden caer al suelo.
Las condiciones del terreno es otra dura prueba en la carrera de obstáculos frutícola. Si el entorno es pobre y desolado, lo más probable es que se consuma lenta y dolorosamente, o que las rapiñas aprovechen la situación (siendo devorado, igualmente).
Pero si cae en un suelo rico y abonado germinará e irá creciendo hasta echar raíces.
Las raíces de un buen amor son muy profundas y es difícil arrancarlas, son inamovibles. Pero, en este punto, se plantea un problema nuevo y desconocido, a saber, ¿qué hacer si quieres echar a andar?, ¿ qué hacer si descubres que tienes alma de pájaro?.....
4 comentarios:
Genial post, me recordo este texto que te voy a poner.
Intenta imaginar....una piedra. Imagina que la sujetas con tu mano,con suavidad al principio, luego apretando cada vez más, hasta que esté encerrada en tu puño con la máxima fuerza que puedas desarrollar. La piedra se mantendrá impasible en el centro de tu mano, sin resquebrajarse, sin modificarse, incluso ella misma podrá dañar la superficie de tu piel...la soltarás libre en el suelo cuando quieras, y ella habrá quedado igual que cuando era libre antes de que tú la cogieras, sin embargo, en tu mano habrán quedado secuelas de cuando la retuviste.
Ahora imagina...imagina agua. Un charquito de agua en el centro de tus manos que forman un cuenco. Ese agua se quedará contigo sin esfuerzo, se mantendrá por su propia voluntad en el cuenco de tus manos, y no tendrás que hacer nada para que ese agua te pertenezca siempre...Ahora intenta retener el charquito como hiciste con la piedra, fuertemente en tu puño. Qué ha pasado? El agua ha escapado de tí y vuelve libre a la tierra por su propia voluntad, corriendo entre tus dedos apretados, sin que puedas hacer nada por evitarlo, mientras tus manos quedan vacías y húmedas en recuerdo de ese agua que estuvo contigo tranquilamente, de manera natural, mientras la mantenías serena en tu hueco. Bajo tu repentina presión, el agua se vio encerrada y escapó por diminutas rendijas, sin esperar que tú decidieras si querías soltarla o no. Tú quedarás triste porque el agua huyó de tí...y ella habrá quedado igual de libre que era antes de que la recogieras...
Hielo. Una piedra de agua, al fin y al cabo. Imagina por tí mismo. El hielo permanece como una piedra en tu puño,pero sólo un tiempo. Si mantienes el puño cerrado para que el hielo no pueda escapar, esa piedra se convertirá por arte de magia en agua, y lo que pensabas que era frío e impasible, y que nunca podría escapar de tí porque lo tenías fuertemente retenido en tu puño, corre de nuevo libre en forma del agua que originalmente fue...
Cada uno de nosotros se compone de uno de estos tres materiales, y éstos, se comportan como tales en las relaciones con otras personas. Hay quien necesita apretar el puño para sentir a alguien cerca, otros aguantarán una presión hasta que se derritan en su propia libertad recuperada, y seguro que hay más niveles, materiales o estados con los que uno se sienta identificado.
Lo importante es sabes entender y comprender que cada uno tiene su estado y que ese estado puede cambiar con el tiempo.
Saludos.
Ya no sé qué poner...no ha dejado sitio el apóstata.
Ornitóloga
Guau!!!!
Sois geniales, chicos.
"La mujer de hielo"
Que bonito.Ha habido un momento en que me he sentido como si fuera 'El pequeño saltamontes'kungu.
Estoy de acuerdo tiene toda la razon y me gustaria ser asi' funcionar asi'.
Por suerte o por desgracia, la pasion por la vida, el amor,
algo tan grande y tan bonito y tiene tanto valor para mi', que merece la pena cuidarlo,
quererlo y protejerlo de tanto gusano, reptil, traicionero que se convierten en monjes
o en filosofos cuatreros para arrancar de mi vida a la flor que yo mas quiero.
Todos somos humanos, comemos, cagamos y de cuando en cuando nos enamoramos
en la vida hay dos factores que van unidos, el tiempo y el espacio. Soy consciente del tiempo de mi vida y no quiero perderlo en la dispersion, en la incertidumbre que genera el desamor.
Es tan bonito soñarlo, y a veces hasta abrazarlo, !hay¡ cuanto te echo de menos.
Si no coincidimos en el tiempo, saltemos al espacio cojidos de la mano para vivir el calor que sentimos cuando amamos.
Eres libre, ahi estas, cuidate que yo te quiero y ten cuidado que eres presa de los buitres carroñeros.
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