Ayer vi una paloma. Siempre veo palomas cada vez que me asomo a mi ventana indiscreta. Vienen al jardín a comer lombrices o restos de comida del compost.
Ya han empezado los árboles a florecer; cada vez lo hacen más temprano. Luego vendrá la época de recogida del fruto que ,en mi caso, nunca llega, pues los pájaros se encargan por mí de esta ardua tarea. Y es que los hay de muchas clases y colores ( urracas, estorninos, petirrojos, verderones, jilgueros...). En definitiva, estoy acostubrada a observarlos, forman parte de mi vida cotidiana.
Pero ayer fue diferente. Sólo fueron décimas de segundo, pero esa paloma produjó en mí una sensación nueva, extraña pero hermosa; de repente pude percibir todos sus movimientos como si yo fuera ella. Una pirueta simple pero delicada y perfecta; bajar para luego subir; una curva en el espacio y el tiempo.
Fue como si, por un instante infinito, todo se paralizara, como si la paloma y yo fuéramos una sóla cosa y no existiera nada más. En aquel momento pude entenderlo todo. Era consciente de mí misma y del universo...
Hoy sólo parece un sueño lejano y borroso que poco a poco se me va olvidando. Han vuelto las dudas y las angustias. El cielo está nublado y los mirlos se bañan en la arena
Última carta de Antonio Machado a José Bergamín desde su exilio en
Collioure, trece días antes de su muerte.
-
Poco antes de morir, Antonio Machado, exiliado en Collioure, sin dinero,
pasando penurias, huído de la España fascista, donde Hitler y Mussolini
habían gan...
Hace 2 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario